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14/12/2018

I Congreso Nacional de la Yerba Mate

Del 11 al 12 de octubre pasado se desarrolló el Primer Congreso Nacional de la
Yerba Mate, organizado por el Centro Yerbatero Paraguayo. El evento se realizó en
el auditorio de la Agrodinámica, en Hohenau, Itapúa. Durante dos días se reunieron
productores, industriales, técnicos, y estudiantes de carreras relacionadas a la
agricultura para adquirir nuevos conocimientos sobre el otrora oro verde.

La organización del evento requirió de varios meses de trabajo,
con el objetivo de brindar los conocimientos adquiridos con el apoyo de cada empresa participante, comentó Eduardo Oswald, presidente del Centro Yerbatero Paraguayo. Mencionó además que se realizan constantes intercambios La organización del evento requirió de varios meses de trabajo, con el objetivo de brindar los conocimientos adquiridos con el apoyo de cada empresa participante,
comentó Eduardo Oswald, presidente del Centro Yerbatero Paraguayo. Mencionó
además que se realizan constantes interde informaciones con Brasil, Argentina
y Uruguay. “Son temas que a veces no lo divulgamos. Pero creo que hay momentos
en que tenemos que decir que estamos vivos y queremos seguir trabajando para cada uno de ustedes, con el objetivo de crecer juntos”. Agustín Konrad, presidente de la Cooperativa Colonias Unidas (CCU) destacó la presencia de los diferentes protagonistas que forman parte del sector yerbatero, es decir, productores, industriales y técnicos. “Eso es muy importante, nosotros tenemos que participar en este tipo de evento. En estos días vamos a aprender muchas cosas. Las personas que están aquí, enseñándonos, nos van a dejar muchos conocimientos. Por eso es importante la participación de los pequeños productores”,señaló durante la apertura del Primer Congreso Nacional de la Yerba Mate. En otro momento de su discurso, resaltó la calidad de la yerba mate local. Si bien Paraguay es un pequeño productor de este rubro, en comparación a países vecinos, el producto que ofrece es de excelente nivel. “No debemos tener miedo a nadie si tenemos calidad. La calidad no se negocia, y cada vez debemos ir perfeccionándonos. No tenemos mucha yerba en Paraguay, pero el foco debe ser la calidad del producto”, añadió.

Posterior a la ceremonia de apertura oficial del congreso, se realizó la firma
de la carta de compromiso “Incentivo a las Investigaciones en Yerba Mate con miras
al VIII Congreso Sudamericano 2020 a llevarse a cabo en Paraguay”. Esta iniciativa
busca incentivar la investigación científica y trabajos enfocados a la producción
de yerba mate, con el objetivo de defenderlos en el mencionado congreso.
Este pacto vincula al Centro Yerbatero Paraguayo, la Universidad Nacional de
Itapúa, la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, la Universidad
San Carlos Filial Itapúa, la Universidad Nacional del Este, la Universidad Autónoma
de Encarnación, la Fundación Nikkei Cetapar, y la Conacyt. El Primer Congreso Nacional de Yerba Mate tuvo un cargado programa de charlas, debates, entre otras actividades. Durante dos días se dieron a conocer informaciones técnicas, y nuevas tecnologías enfocadas tanto en la producción primaria de este rubro como a su industrialización. Los oyentes también tuvieron la oportunidad de conocer experiencias de empresas que se dedican a la producción, industrialización y comercialización de yerba mate en Paraguay.

Agricultura de precisión en yerba mate.

El Ing. Enrique Hahn, director ejecutivo de la firma Sustentap Agricultura
de Precisión, orientó sobre la tecnología de precisión en cultivos de yerba
mate, principalmente en lo referente a nutrición. Presentó datos sobre el estado
del suelo de los yerbales, y señaló la necesidad de contar con más trabajos de
investigación para este rubro. Antes que nada, la agricultura de precisión busca productividad, y por tanto, rentabilidad. Es decir, se basa en la eficiencia en el uso de insumos mediante dosis correctas, y las tecnologías adecuadas
para la aplicación de estos. “Tratamos de producir en armonía con el medio ambiente, sin comprometer generaciones futuras, y buscando el beneficio económico para poder quedarnos con esta tecnología y que los suelos sigan generando el producto que necesitamos. La productividad implica varios
factores que generan variabilidad en la producción. Están involucrados los materiales que se siembran, las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, el clima, y el manejo. “Podemos tener satélites, la mejor tecnología, pero si no contamos con las personas capacitadas, no vamos a poder implementar las tecnologías de la agricultura de precisión”. El ingeniero comentó que el manejo
eficiente de los nutrientes, que permite que las plantas puedan alimentarse. Esto
implica encontrar el insumo, la fuente, la dosis, el momento de aplicación, y el lugar
correctos. “Es una filosofía que a nivel mundial, a través del Instituto Internacional de Nutrición de Plantas y los investigadores de diferentes regiones del mundo, estamos tratando de crear nuestra propia agricultura de precisión en cada región donde nos toca”. Explicó que existen ciertos insumos de mayor o menor solubilidad. Con respecto a los cultivos de yerba mate, señaló que se debe trabajar bastante para corregir los suelos, con el objetivo de reponer los nutrientes que este rubro extrae. Mencionó que no existen muchas investigaciones científicas
en nuestra región sobre este aspecto. En relación al momento, comentó
que es necesario saber los intervalos adecuados de aplicación de cada nutriente.
Por otra parte, se debe definir el lugar. Es decir, si la aplicación se realizara alrededor de las copas, al voleo, o se pretende incorporar al suelo. “tratando de generar la mayor información posible de los suelos paraguayos, para tener
recomendaciones eficientes”.

En Brasil, las estadísticas demostraron la carencia de trabajos de investigación y
programas sobre nutrición de plantas de yerba mate, señaló Hahn. Esta situación
fue la principal causante de la caída del promedio de producción de este rubro, de
17 toneladas por hectárea en 1990 a 6,2 toneladas por hectárea en el 2011, añadió.
Mencionó que existe actualmente una gran controversia en lo referente al
manejo de suelo para este rubro, ya que se presenta un concepto contrario al tradicional. “Se está demostrando el gran potencial que tiene la yerba mate a la aplicación de correctivos de suelo, y la fertilización”.

Buenas prácticas de manufactura.

La Lic. Rosa Sosa, técnica de la Cooperativa Colonias Unidas (CCU),
disertó sobre las buenas prácticas de manufactura en la producción de yerba
mate. Comentó sobre las características y las exigencias que deben cumplir los
secaderos, durante todo el proceso hasta su envío a la industria.
Este tema es nuevo en Paraguay, ya que hasta el 2015 no se contaba con
una autoridad competente para controlar los secaderos de yerba mate. Incluso,
en pleno 2018 los pequeños secadores siguen con tiempo para adecuarse a las
buenas prácticas de manufactura, manifestó la disertante.

En la transformación primaria de yerba mate, es decir, el secadero, las buenas prácticas de manufactura son muy importantes. Este es el paso del proceso de la producción a la industrialización, explicó. “En Paraguay, hasta el
2015 era tierra de nadie. Nadie se hacía cargo de las buenas prácticas en los secaderos de yerba”. Al ser la yerba mate un alimento, la inocuidad es un factor indispensable. En lo referente a inocuidad alimentaria se conocen tres tipos de peligros, señaló. El físico, que involucra cualquier
material que pueda producir daño en la boca del consumidor. Por otra parte
están los contaminantes químicos, que se refieren a los productos que
puedan contaminar el alimento. Se debe identificar los químicos que están
presentes en el sector de procesamiento y controlarlos. Por último están los
biológicos, que no se logran identificar a simple vista pero que generalmente
son los más peligrosos, señaló. Estos se relacionan directamente con el manejo
higiénico del alimento. El flujo de proceso del secadero de
yerba mate es el siguiente: recepción en la planchada, pre-secado, secado, canchado,
zarandeo, envasado en bolsa, y el despacho a la industria. En cada una de
estas fases existen cuidados específicos a tener en cuenta para garantizar la inocuidad del producto. Las buenas prácticas de manufactura
son herramientas, que tienen el objetivo de asegurar la inocuidad del
producto, definió. Es un reglamento que debe ser cumplido, manifestó. “Si
no trabajamos con estas herramientas, el riesgo que nuestro alimento no sea inocuo
es mucho más grande”. Durante su presentación, dio a conocer algunas realidades de la zona. Comentó sobre la materia prima, características de los establecimientos,
personal, higiene en la elaboración, control de procesos y documentación, y
ofreció las recomendaciones a tener en cuenta en cada una de estas fases de la
producción. Existe una diversidad de diseños para secaderos, pero las buenas prácticas de manufactura indican los equipamientos y mantenimientos preventivos que deben de realizarse en la instalación Explicó que estos mantenimientos se realizan antes de la zafra, para dejar la infraestructura en perfecto funcionamiento y evitar los peligros físicos. La limpieza es un factor innegociable
en la producción de alimentos, expresó. Las buenas prácticas de manufactura
obligan a registrar este proceso, incluso exigen la presencia de otra
persona que controle este trabajo. “Si producimos alimentos, la limpieza, la higiene
es innegociable”. Sobre la instalación, las buenas prácticas de manufactura exigen un lugar pavimentado, ya que el polvo o el barro pueden contaminar la materia prima. El secadero no debe ubicarse cerca de posibles contaminantes, explicó.

Un punto crítico es el control de plagas. Las ratas y aves son las principales en los secaderos. Recomendó identificar y controlar las que puedan tener presencia en la instalación. “Es importante saber que donde hay alimentos no
puedo utilizar raticidas. Es decir, tengo que utilizar una metodología mecánica
para controlar”. El personal es el principal protagonista en el secadero. Debe estar capacitado y comprender que maneja alimento. “Lo más importante es que el personal sea consciente de la importancia de producir
alimento”. Por último mencionó los requisitos legales para habilitar secaderos. En el
país existen dos, ambos controlados por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad
Vegetal y de Semillas (Senave). Uno es el Registro de Centros de Acopio de Productos y Sub-Productos de Origen Vegetal. Y desde el 2015, mediante una
resolución, estas instalaciones deben cumplir con las buenas prácticas de manufactura. La reglamentación del Senave, que rige desde el 2015, exige que los secadores que producen más de 500.000 kilogramos
de hoja verde ya deben cumplir con las buenas prácticas de manufactura.
Los de menor producción tendrán que adecuarse a dichas prácticas a partir
del 2019. “El secadero de yerba mate es de suma importancia en la cadena de producción. Es el único lugar donde la yerba mate tiene un tratamiento térmico. Es el lugar donde se eliminan todos los microorganismos por el proceso de sapecado”, concluyó.