Por: Ing. Agr. Sayra Magali Samudio González
El cancro de los cítricos o cancrosis es una enfermedad altamente contagiosa causada por la bacteria Xanthomonas citri. Esta infección solo afecta a las plantas de la familia de los cítricos y genera una variedad de síntomas en hojas, frutas y tallos. Las infecciones severas pueden provocar defoliación, muerte de ramas y deterioro general del árbol.
Las condiciones climáticas húmedas y las temperaturas que oscilan entre 21 y 34 grados Centígrados favorecen el desarrollo de la infección, las lesiones se desarrollarán dentro de los siete días posteriores al ingreso de la bacteria al tejido, sin embargo, si las condiciones no son favorables, pueden pasar hasta 60 días antes de que aparezcan las lesiones.
El principal responsable de la diseminación de ésta enfermedad es el hombre, quien transporta a larga distancia fruta, plantas completas o partes de plantas y maquinarias infectadas. Asimismo, lluvias con vientos con velocidades de ocho metros por segundo, ayudan a la penetración de las bacterias a través de los poros de estomas, heridas hechas por espinas o insectos como el minador de hojas. Su control se hace posible mediante un cuidadoso monitoreo y detección temprana.
Sintomatología
_ Hojas y frutos. Una vez que la bacteria responsable del cancro de los cítricos ingresa a la planta a través de heridas y estomas, los síntomas aparecen primero como lesiones pequeñas y elevadas que se asemejan a las ampollas, la lesión evoluciona tomando color bronceado, luego marrón y puede observarse un margen acuoso en donde se localizan bacterias vivas, seguido de un halo clorótico. A medida que la infección progresa, las lesiones adquieren un aspecto elevado y corchoso, y el centro de las lesiones antiguas puede eventualmente desaparecer. Las infecciones de cancro de los cítricos en la fruta pueden provocar la caída temprana del fruto, sin embargo, la fruta infectada que ha permanecido en el árbol es comestible debido a que las lesiones generalmente no penetran en la piel.
_ Tallos y ramas. En tallos y ramas los síntomas aparecen como lesiones elevadas de color marrón oscuro, con aspecto a corcho. Inicialmente, estas pueden presentar un margen acuoso, pero, a diferencia de las lesiones en hojas y frutos, no presentan halo amarillo. Las lesiones se vuelven secas y costrosas con el tiempo y pueden almacenar inóculos que re-infectan el tejido nuevo a medida que el árbol va desarrollándose. Los tallos y ramas son menos vulnerables a la infección, por lo que la aparición de síntomas en éstas áreas podría indicar que el árbol ha estado infectado durante mucho tiempo.
Control y Prevención
El control del cancro de los cítricos se logra mediante la prevención, una vez que la lesión sea detectada ya no puede ser curada, no obstante, es posible evitar que las bacterias se propaguen más allá, ya que éstas se limitan a las lesiones y no se mueven dentro de la planta a menos que sean transportadas por medios físicos como el agua.
Los fungicidas o bactericidas a base de cobre pueden proporcionar una barrera contra la infección, pero no tratarán una infección existente.
Es importante realizar monitoreo frecuente a fin de detectar infecciones menores y posteriormente proceder a la eliminación de las zonas afectadas. Todos los equipos y herramientas utilizados en la plantación, incluyendo guantes y ropas del personal encargado del manejo y la cosecha del cultivo deben ser desinfectados entre usos para evitar la propagación del cancro de los cítricos.
Los árboles gravemente infectados deben destruirse para evitar infectar árboles sanos cercanos. Las poblaciones de minadores de cítricos deben ser controladas para evitar la formación de heridas en hojas. La bacteria del cancro de los cítricos pasa el invierno en las lesiones viejas en la fruta, las hojas y los tallos, por lo que eliminar y destruir este material del árbol y del suelo puede reducir el riesgo de nuevas infecciones.