El argumento del dirigente parte de la premisa de que no todas las semillas no certificadas son ilegales.
“Habrá un porcentaje de comercio ilegal, que existe, no vamos a negar, pero no en esos volúmenes. No se puede poner como ilegal al que hace uso propio de su propia producción”, expresó.
Consultado sobre si existe un estudio para refutar los datos de la Asociación Paraguaya de Obtentores Vegetales, que sostiene que casi todos los agricultores que guardan semillas las venden nuevamente como simientes, Cristaldo se limitó a asegurar que casi 95% cumple con la Ley cuando reserva sus semillas.
“Es un uso y costumbre arraigado desde el inicio de la agricultura. El productor guarda su mejor producción como garantía de extender la variedad que quiere y la semilla de la calidad que él se arriesgó a producir, bajo sus propios riesgos para sembrarla”, insistió.
Hasta el momento no hay un seguimiento del uso de semillas no certificadas, para determinar cuántos productores usan en sus campos las semillas y cuántos las vuelven a vender como tal, que es donde se produce el hecho ilícito. Solo se manejan estimaciones desde el sector agrícola, donde hay disputa entre agricultores y obtentores.
Fuente: Última Hora.