Por: Ing. Agr. M.Sc. Victor A. Gómez López - Investigador Pronii II, Conacyt, Investigador Asociado del CEDIC.
Desde nuestra temprana formación como técnicos en la Universidad se estudia la implementación del manejo integrado de plagas MIP para el control de las plagas en la agricultura. La definición del MIP sería la adopción de técnicas conocidas que contribuyan a disminuir los daños causados por las plagas de tal forma a la utilización económicamente justificable de insecticidas, que reducen el riesgo a la salud humana y el impacto al ambiente. Se busca perturbar mínimamente los ecosistemas agrícolas, fomentando los mecanismos de control natural o biológico de plagas.
Sin dudas, la interpretación del MIP no es fácil en los diferentes lugares del mundo; y Paraguay, no sería la excepción. Debemos recordar que todo terreno cultivado, proviene de un bosque nativo; en este local existía un equilibrio poblacional donde las diversas especies tenían límites de su crecimiento poblacional debido a la acción predadora de individuos de los diversos niveles tróficos impuestos por la naturaleza misma. Así, un insecto sea una oruga, chinche u otros limitaba su crecimiento poblacional por controladores naturales predadores, parasitoides, animales mayores o mismo las condiciones del clima, con acción de los microorganismos entomopatogenos no permitían su desarrollo a niveles elevados; pasando prácticamente desapercibido en el ambiente.
Con la presión alimentaria del hombre y su crecimiento poblacional; la habilitación de los suelos agrícolas se hizo necesaria; con nuevos ecosistemas agrícolas que contienen poblaciones remanentes de insectos con una dinámica poblacional totalmente diferente a su origen.

Si realizamos una revisión del origen del manejo integrado de plagas; se observa que la explotación agrícola pasa por diferentes etapas o fases; denominadas fases de la fitoproteccion (Ver Figura 1).
Inicialmente los cultivos eran de Subsistencia, luego el hombre entendió que realizando ciertos cuidados culturales permitían aumentar la productividad; como por ejemplo unificando la época de siembra, utilizando variedades mejor adaptadas en densidades más ordenadas se lograba un incremento; esta etapa se denominó de Cambio Incremental; luego, se ingresó en la época de la historia que llamamos Revolución Verde, donde el hombre pensaba que había dominado a la naturaleza; y que con variedades de mucho potencial, y que con la aplicación de insumos como fertilizantes, el uso masivo de insecticidas y el riego llegaría a obtener altos rendimientos; esta etapa fue conocida como Explotación Intensiva; súper productividad de las parcelas cultivadas. Esa etapa no duro mucho tiempo, debido a la disminución de los rendimientos sin motivo aparente llamada Etapa de Crisis; de nuevo se duplicó la utilización de los insumos como fertilizantes e insecticidas, ocurrió lo que conocemos como Etapa de Desastre; en ese momento los cálculos de la producción no cerraban en ganancias y se verificaba pérdidas económicas, sin soluciones mediatas. A través de la observación, análisis e investigación se constató que el uso masivo de insumos, en especial insecticidas no significaba la solución permanente en el control de plagas; en primera instancia se detecta que existen diferentes tipos de insectos en los cultivos; gran parte de estos insectos no son plagas, al contrario son insectos que se alimentan de las plagas y son llamados predadores; y otro grupo de insectos que utilizan a las plagas como substrato de alimentación de sus crías llamados parasitoides, éstos son los insectos benéficos para el hombre en la producción agrícola. Se empezó a entender que sería necesario ingresar al campo y contabilizar las plagas, o sus daños, diferenciándose las plagas de los insectos benéficos; el monitoreo constituye una columna vertebral en el control adecuado de plagas; esta etapa conocida como control supervisado. Los investigadores fueron sumando conocimientos del comportamiento de los insectos; la biología, la diapausa de algunos insectos, hospedantes alternativas, la influencia de la temperatura y humedad, el control que ejerce los hongos, bacterias y virus sobre los mismos, denominados entomopatogenos. El hombre entiende que los insectos y plantas son seres vivos que poseen características genéticas que lo hacen sobrevivir ante las dificultades que se presentan; entre ellas la existencia de individuos con características de resistencia a los insecticidas. Sumado actualmente a la resistencia a los cultivos transgénicos resistentes a insectos. El Manejo Integrado de Plagas no es una misma receta aplicable en todas las regiones. Se deberá realizarlo caso por caso, y aplicar las técnicas en la región que ayuden a disminuir los daños de los insectos. Para la implementación del MIP en los cultivos es necesario el conocimiento del comportamiento del insecto, biología, hospederos, en que momento ingresa en el campo, cuantificar sus daños o sea monitorear a la plaga. El uso precoz y masivo de insecticidas muchas veces crea problemas que no tienen solución debido a la selección rápida de individuos resistentes, debemos ser concientes de los mismos y cuidar de los insecticidas que aún permiten el control eficaz de las plagas. En muchos casos el cultivo en época escalonada; desarrolla generaciones adicionales de insectos que invaden masivamente los cultivos haciendo imposible el control químico; este caso se puede observar en las chinches de la soja; que en países vecinos como Brasil se buscan alternativas de control en el control biológico con avispitas (Telenomus podisi) que coloca sus huevos en las chinches plagas de la soja. Dentro de la filosofía del MIP, evitar la infestación masiva de las plagas es el mejor control; el productor debe en lo posible identificar a la plaga, entender la influencia que ejerce la los controladores naturales, en lo posible conservarlos, monitorear constantemente su cultivo, uso de niveles de control para la aplicación de insecticidas, rotación de insecticidas con diferentes mecanismos de acción; deberá saber que las acciones realizadas como la siembra fuera de época, aplicación precoz de insecticidas, uso del mismo insecticida en forma repetitiva traerá consecuencias como la pérdida de eficacia. El productor; debe combinar el control cultural, biotecnológico, químico, biológico, y otros para obtener buen manejo de las plagas. En países vecinos existen programas impulsados por el gobierno para la adopción del MIP en los cultivos. La utilización solamente del control con insecticidas no será suficiente para combatir las plagas de los cultivos. Existe una fuerte tendencia del uso del control biológico para el control de plagas, productos biológicos especialmente entomopatogenos (Hongos, virus y bacterias) son experimentados y ya comercializados como una alternativa válida en el control. Las universidades y centros de investigación deberán incrementar sus trabajos de investigación en el área, ya que las acciones tomadas no pueden estar basadas en resultados de países vecinos; el ecosistema agrícola, temperatura, humedad, plantas hospedantes, fenología y otras variables hacen que el comportamiento de los insectos, así como de la misma planta sea diferente en cada región. No existe magia que solucionen inmediatamente los problemas biológicos. Las soluciones están atadas al conocimiento, y el mismo se logra a través de observaciones, pruebas y experimentaciones. Nuestro país, eminentemente agrícola requiere de mayor inversión en investigación, donde los técnicos investigadores sean protagonistas.