Box Empresarial

18/03/2021

El desafío de enfrentar la dureza del agua

PRESENTACIÓN DE RIZOSPRAY. Bajo la premisa que el “Desafío no está en el pH sino en la dureza”, la compañía Rizobacter organizó una capacitación virtual a cargo de especialistas internacionales. El evento a distancia se desarrolló el miércoles 10 de febrero. La ocasión igualmente fue propicia para abordar las bondades del producto Rizospray, un corrector secuestrante o quelatante

La conexión prácticamente abarcó a toda la región, puesto que la bienvenida se dio desde la sede de Rizobacter en la localidad de Pergamino (Argentina) y se conectó con Diego Escobar, desde Colombia, además de contactar con Brasil y otros puntos de la zona. Se resaltó que la intención de eventos como estos acompañan a la filosofía de la compañía que busca sumar tecnologías para sumar valor en la producción. La primera disertación estuvo a cargo de Juan Pablo Timpone, responsable de adyuvantes de Rizobacter.

Diego Escobar, conectado desde Colombia

Recalcó que el desafío no solo está en el pH del agua, sino que además puede darse en la turbidez y en la dureza, cuya composición original pueden generar problemas en la mezcla de tanque, con la salvedad, indicó que el pH no debería considerarse como problema, cuando sí la causa podría estar en nosotros.

Juan Pablo Timpone, responsable de adyuvantes de Rizobacter.


Recordó que entre las acciones que se realizan está el empleo de buffer (o tampón). Entre los beneficios de su uso está un mejor secuestro total de cationes con bajo riesgo de llegar a pH muy bajo; posibilita estabilizar el agua de pulverizaciones en valores óptimos y evita la ruptura y precipitación de formulaciones. Recalcó que los buffer son un gran aliado de las mezclas de tanque. Indicó que para el caso de la turbidez en el agua, esta puede ser abordada de varias formas, pues está constituida por sólidos disueltos, siendo los más peligrosos aquellos que atraviesan los filtros de la maquinaria; se puede atacar igualmente el origen, el lavado superficial (en el caso de tajamares u otros), deposición de material volátil (para el caso de tanques) y evitar desmoronamientos (con excavaciones y perforaciones). Instó por ello a desarrollar prácticas culturales positivas tales como el mantenimiento de fuentes de agua, secuestro en tanques de apoyo y empleo de boyas en tomas de agua superficial. Compartió datos de la Asociación Americana de Ingenieros para indicar que en análisis de calidad de agua los cationes de Ca y Mg son los más abundantes como enemigos para la agricultura. “El agua para consumo humano podría ser peligrosa con una dureza de 300 a 400 ppm, pero en el caso de la agricultura, una dureza de 120 ppm ya le afecta”, sostuvo.

Quelato, palabra clave. 
De ahí la importancia de contar con agentes quelatantes o secuestrantes. Invitó a conocer el poder de secuestro que cada tecnología emplea. Entre las disponibles en el mercado citó sistema de fosfonatos AMTP + DTMTP, ácido fosfórico 50 %, sulfato de amonio líquido 40 %, ácido propiónico + lecitina de soja + AGE, dodecil benceno sulfonato 18 % y nonil fenol al 15 % + inertes. De esta forma, se buscan soluciones que permitan la incorporación de esos agentes quelatantes o secuestrantes y es ahí en donde Rizobacter viene a constituirse como la única compañía que ofrece un sistema de fosfonatos registrados como secuestrantes, resaltó. “Ofrecemos algo que no había en el mercado”, dijo. Compartió resultados de trabajos desarrollados incluso con agua de 800 ppm de dureza. También se mostró cómo aplicando 2 litros de glifosato al 48 % por ha con un volumen de 200 litros de agua con una dureza de 300 ppm se perdería casi el 30 % de la inversión y cuál sería el impacto en aquellos productos sin la evolución química de formulaciones de glifosato. Ya dentro de la presentación de Rizospray se destacó la protección de moléculas muy sensibles a la dureza y el buen desempeño que ofreció ante situaciones de exigencias. También se abordó sobre el trabajo que se viene desarrollando con varias compañías para el intercambio de información que permita brindar soluciones a los acuciantes problemas que se observan en el campo por la dureza del agua.

Importancia de la tecnología. 
En contacto con Brasil, el siguiente disertante fue Fernando Jurca, CEO e investigador de Protección de Cultivos de la firma Famiva. Abordó sobre la importancia de la tecnología de aplicación en la agricultura. Expuso que si bien muchas veces se piensa en un producto, a veces se olvida de abordar o recordar el proceso de aplicación. Por ello, mientras todos reconocen la importancia de la tecnología de aplicación, muchas veces en la realidad se observan máquinas infradimensionadas, no se atiende la mezclas de tanque y se descuida la logística agrícola. Instó a que durante el proceso de aplicación se evite la incompatibilidad física o química al emplear diversos defensivos para las tareas en el campo. “En algunas aplicaciones se están empleando diez o doce productos en un mismo tanque. Se debe buscar una buena aplicación, pero también se deben evitar problemas de tanque debido a mezclas inadecuadas”, comentó y recordó la importancia de los detalles y establecer líneas de trabajo. “Pero todo empieza en el agua. Los agricultores deben atender y evitar problemas de dureza”, sostuvo. Recordó que agua dura es aquella que presenta exceso de cationes. “La presencia de estos pueden formar precipitados y algunas formulaciones de herbicidas tienen tensioactivos aniónicos que contienen Na+ y K+, reemplazables por los cationes Ca++ y Mg++ y generar compuestos insolubles. Por lo general, productos formados por ácido o sal disuelta en el agua dura pueden dar lugar a compuestos insolubles”, dijo. Advirtió que además de los problemas de solubilidad, la dureza del agua influye directamente en la eficiencia de control de los productos fitosanitarios, generando así problemas de eficiencia reducida. Invitó a recordar igualmente los mejores momentos para una aplicación y compartió estudios en donde se compararon diferentes horarios para el control de enfermedades y plagas de soja. A esto adicionó que no se debe descuidar de las recomendaciones de los profesionales. “Un producto puede ser muy bueno o malo dependiendo de lo que hagamos”, sostuvo. Compartió trabajos sobre adyuvantes, efectos de diferentes fungicidas con y sin ellos en el control de la roya en la soja, así como consideraciones sobre el volumen del caldo, para insistir en cuidar el buen calibrado de los equipos. Entre las consideraciones para reducir el volumen del caldo advirtió el aumento del riesgo de fitointoxicación, el incremento de la interferencia de factores abióticos en la calidad de la aplicación, el riesgo de pérdida del objetivo deseado y otros. “La tecnología de aplicación es importante pues puede comprometer hasta el 30 % de efectividad”. Recordó que cada adyuvante tiene su función y objetivo. De las consideraciones finales instó a ser claros sobre cuál es el problema a resolver, establecer una buena técnica de manejo que resulta más importante que la herramienta, así como el papel asignado para cada producto en la preparación del caldo. “Los pequeños detalles marcan una gran diferencia”, concluyó.


También se aprovechó la ocasión para exponer algunas consideraciones desde la compañía Zschimmer & Schwarz al abordar sobre las ventajas de los “sistemas complejantes no convencionales”. Se repasaron conceptos principales como dureza de agua y acondicionadores de dureza y se recalcó sobre sistemas quelantes no convencionales, así como el Rizospray correcto quelantante.
Se subrayó que el Rizospray corrector quelantante está formulado sobre la base de fosfonados con estabilizantes de pH (buffer) y entre las diferencias con los agentes convencionales, este producto propone un sistema multifuncional, proporciona mayor estabilidad de los complejos, ofrece una superior capacidad de quelación y da una alta velocidad de quelación. Finalmente se pasó al momento de preguntas y respuestas.