El grueso de la cosecha de sojales culminó con un mes de atraso y en los campos que lograron liberarse a tiempo, están en pleno desarrollo el maíz y la soja zafriña, que se destina principalmente a la producción de semillas para la próxima campaña.
Sobre el estado de las plantas, el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, explicó que están sufriendo un déficit de agua debido a que no se están registrando lluvias.
Si este escenario continúa puede afectar la disponibilidad de semillas para sembrar desde setiembre u octubre, dependiendo de las condiciones climáticas.
“Para la campaña siguiente puede tener un efecto de una suba de precios de semilla o una mayor importación, pero de todas maneras es una preocupación”, advirtió al respecto Cristaldo.
Esto significa que para la zafra 2021-2022 los productores dependerán más de las semillas importadas.
Los agricultores pueden multiplicar los simientes, siempre que cumplan con los requisitos establecidos por la Ley de Semillas y de Protección de Cultivares.
Este año se redujo el área de siembra de maíz y soja zafriña como consecuencia del atraso de la cosecha del cultivo principal.
Fuente: Última Hora.