El disertante presentó la evolución de la soja en las últimas tres décadas, donde destacó como uno de los principales eslabones de la expansión de la soja al mejoramiento genético. En este proceso se destacaron tres hitos: El primero es el lanzamiento de las plataformas biotecnológicas con paso de la soja convencional a la primera soja biotecnológica con resistencia al herbicida glifosato. En la campaña 2.013/14 se lanzó la segunda plataforma biotecnológica la Soja INTACTA, que es una tecnología que vino a ayudar al productor con un mayor aporte en productividad, amplio control de malezas y efectivo control de insectos lepidópteros. Como segundo hito destacó el aumento del área de siembra de la mano de dos factores trascendentales como la práctica conservacionista de siembra directa que se dio en los años 90 y el recambio de germoplasma que ayudaron a aumentar de 630.000 ha a 2.870.000 ha aproximadamente en tan sólo dos décadas de cultivo.
Carlos Pino, Ingeniero Agrónomo, Coordinador del Negocio de Germoplasma de Soja Monsoy, Maestría en Agronegocios, Maestría en Planificación Rural.
El tercer hito fue la introducción de numerosas variedades al sistema productivo que otorgaron mejores rindes y se adaptaron a las condiciones ambientales de Paraguay. Entre ellas se pueden mencionar a la NS 4910 de Nidera, V-max de Syngenta y la NS 5909 de Nidera, que fueron materiales líderes del mercado, artífices de una verdadera revolución productiva. Pino destacó que la dinámica del mejoramiento genético se ve reflejada en la Investigación y Desarrollo que realizan las compañías asociadas a PARPOV. “Cada vez hay más y mejor oferta genética de la mano de nuevos eventos biotecnológicos”, dijo.
También destacó el cambio del fenotipo de las plantas, con plantas más estructuradas, con buena ramificación, mayor número vainas, sistema radicular robusto y buena altura de planta, y por sobre todo con buena adaptación a distintas zonas de producción. Esto permitió expandir la agricultura a nuevas regiones agrícolas, en donde antiguamente era inviable desarrollar un cultivo agrícola. “Desde Monsoy tenemos hoy un portafolio de germoplasma de soja bien robusto con 5 variedades comerciales: M6410 IPRO y M6210 IPRO para arranque de siembra y M5947 IPRO y 6211 IPRO para cierre del cultivo. Nuestro lanzamiento M5705 IPRO brinda un ciclo precoz combinado con alta productividad para épocas tardías”. Mencionó que aproximadamente el 50% del área de soja está presente en la región productiva núcleo, que son los departamentos de Alto Paraná, Itapúa y Canindeyú. Las nuevas zonas de expansión consolidadas exitosamente son: Concepción, San Pedro, Caazapá, Caaguazú y Amambay. Además están en proceso contínuo de desarrollo otras fronteras agrícolas como los campos los bajos de Misiones, Paraguarí, Ñeembucú y así como la región Occidental o Chaco. En cuanto a las plataformas tecnológicas vigentes dijo que aproximadamente el 49% de la soja sembrada es RR1 y el 51% INTACTA. También hay una extensión destinada al cultivo de soja convencional para nichos de mercado. En la última campaña se comercializaron 31 variedades RR1 y 36 variedades con tecnología INTACTA. En total se disponibilizaron comercialmente 67 variedades tomando en cuenta el mercado de semilla certificada.
Indicó que cada año los obtentores lanzan genética superior “Hay 15 compañías obtentoras que ofertan, investigan y desarrollan variedades en el mercado nacional, de los cuales 3 (Monsoy, Nidera y Don Mario) poseen el aproximadamente el 78% del mercado. Las mismas lideran el flujo comercial de germoplasma dentro del mercado paraguayo con muy buenos resultados a campo”, indicó. Refiriéndose al trabajo de Monsoy mencionó que disponen de varios equipos que trabajan día a día en el campo, generando información técnica relevante en el posicionamiento de materiales superiores con mayor techo productivo y mayor estabilidad. “Queremos estar cerca del productor, entender sus necesidades para así brindarle el mejor paquete tecnológico y la mejor recomendación técnica posible”. Asímismo expresó que los futuros lanzamientos de germoplasma ya vendrán con la nueva plataforma biotecnológica. Mencionó que hay otras compañías con biotecnología que quieren desembarcar en Paraguay, pero si no tenemos un mayor compromiso de parte del productor con respecto al uso de semilla certificada y el reconocimiento de la propiedad intelectual sería difícil de concretarse. Enfatizó que la dinámica de productos biotecnológicos es constante. En un futuro habrá eventos desarrollados para varias necesidades del productor. “Tenemos que apostar por la semilla certificada, que contribuye y beneficia al sistema impositivo, aporta a la cadena productiva legal y bajo el contexto de propiedad intelectual retribuye todo el esfuerzo que realizan los obtentores”, dijo.