Editorial

15/10/2021

Alentados por mejores precios y confiados por buen clima

CAMPAÑA SOJA 2021 – 2022 - El sector sojero arrancó su siembra con el tradicional acto organizado por grupos de productores con presencia de autoridades nacionales. Esta vez fue en una finca de escala menor en la zona de Vaquería (Caaguazú) como un símbolo de la oleaginosa como integradora de pequeños, medianos y grandes productores. Se proyectan 3,7 millones de ha y, dependiendo del clima, superar las 10 millones de toneladas. Con los precios en alza, se aguarda una alta inyección económica del campo al país.

iversos actores vinculados a la agricultura acompañaron el viernes 24 de septiembre del lanzamiento oficial de la siembra de soja para la presente temporada. Con el respaldo de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod) y la Unión de Gremios de la Producción (UGP), al acto igualmente asistieron autoridades nacionales encabezadas por el Ejecutivo. La cita fue en una pequeña finca en la comunidad de Kurusu’i, en Vaquería, un guiño para resaltar que el cultivo también tiene su presencia en explotaciones agrícolas de menor escala. Se resaltó la expectativa de siembra en torno a 3,7 millones de ha. Si el clima acompaña, se maneja como rendimiento una media de 3 ton/ha, lo que arrojaría más de 10 millones de ton. de la oleaginosa cosechada. El panorama se vuelve más favorable puesto que los precios vienen mejorando y las perspectivas del tiempo igualmente acompañarían el normal desarrollo de los cultivos, primero con lluvias adecuadas para la siembra y, siendo optimistas, con época seca para la cosecha. Solo restaría ver el eventual impacto de plagas y enfermedades.

 

Del acto se puede resaltar lo expuesto por el presidente de Fecoprod, Alfred Fast, quien tras recordar al ex titular, Eugene Schöller, víctima de Covid-19 y entusiasta dirigente del sector, destacó igualmente la recientemente celebración de los 100 años de introducción de la soja al país, inicialmente para dar respuestas nutricionales a la población y que desde un primer momento fue propuesto para las pequeñas fincas. “En este lugar estamos reivindicando que la soja no es para los grandes productores, sino para quienes quieran seguir adelante”, subrayó. Expuso que si luego pasó a medianos y grandes agricultores fue porque realmente tuvo resultados. “El productor no es tonto. Si ve que algo funciona, lo hace. No lo hace por hacer nomás”, enfatizó. Como profesional agrónomo igualmente destacó las bondades que ofrece este rubro como leguminosa, además de las contribuciones al suelo. “La soja cada año ingresa el equivalente a 1 millón G/ha de fertilizantes biológicos, mejorando el suelo. Como país, nos ahorramos cada año USD 500 millones en fertilizantes que, en caso contrario, deberíamos importar”, advirtió.

Otras bondades incluyen la posibilidad de mejorar el suelo y, desde el punto de vista socioeconómico, promueve el arraigo. “Hicimos un estudio para resaltar que aquellas comunidades en donde mejor funcionan los agronegocios con la soja son las que más crecen. La gente se queda porque hay esperanza y se desarrollan las familias”, indicó. Dijo que unos 43 mil sojeros tienen menos de 20 ha, pero que suman unas 865 mil ha sembradas. “Eso significa que el 23 % de la producción de soja hoy se hace con productores en pequeña escala”, subrayó. Recordó que el sector representa por lo menos un 40 % de la población que directa o indirectamente trabaja en o del campo; genera un 46 % del PIB y participa del 68 % en las exportaciones. Finalmente, 

dirigiéndose al presidente Mario Abdo Benítez, instó a seguir defendiendo la cultura del trabajo y la visión de desarrollo y agradeció su participación, tomada como una señal de apoyo a la producción. “El derecho a la vida, a la familia y el respeto a todas las formas de propiedad no se pueden negociar porque son las bases para el desarrollo. Sin seguridad no hay desarrollo”, concluyó. A su turno, el titular de la UGP, Héctor Cristaldo, reconoció que tras el año difícil por la pandemia, la nueva campaña sojera arranca con esperanza y expectativa por buena zafra. “En Paraguay, buena cosecha significa buen año económico”, dijo y alentó a seguir trabajando juntos, más allá de las diferencias. “Este evento en Vaquería muestra una integración productiva entre pequeños, medianos y grandes agricultores. Es una propiedad de menos de 20 ha como un símbolo de los 43 mil pequeños productores incorporados en los últimos diez años a la producción de granos”, recordó. Exhortó a buscar generar oportunidades de desarrollo. “Buscar la convivencia ciudadana en el marco de la ley y del respeto mutuo, porque los que lucran con las invasiones, con el mercado negro de la tierra y la venta de ‘derecheras’, son los mismos que promueven el ‘rollotráfico’ y los cultivos ilegales. Detrás de eso hay todo un submundo que muchas veces no aparece y se pone la careta de la ‘lucha social’. Gran mentira. Aquí está el Paraguay de pequeños, medianos y grandes productores integrados, trabajando juntos y los resultados se ven”, enfatizó.

Añadió que el cultivo contribuyó a mejorar las condiciones de vida de muchos agricultores. Invitó a pensar en desarrollo rural sostenible y ya no en reforma agraria. “Este es el Paraguay del trabajo que con su esfuerzo redujo la pobreza a la mitad en los últimos 15 años… Es un proceso largo, pero tenemos que trabajar juntos, impulsar el proceso de desarrollo sostenible y hablando de sostenibilidad, Paraguay es un país que está entre los de más baja emisión de gases de efecto invernadero, emitimos 0,02 %. No somos causantes del cambio climático”, acotó. Expuso que se requieren de acciones que se enfoquen 99 % en adaptación al cambio climático, antes que “política de mitigación solamente estimuladas por financiamiento externo que viene en paquetes de producto enlatado que no tienen que ver con la realidad del Paraguay. Paraguay necesita adaptarse, no mitigar porque no emitimos nada. Ese enfoque es importante para el desarrollo rural sostenible, la convivencia social entre pequeños, medianos y grandes, la capacitación y el trabajo conjunto. No hay otra forma de progresar más que trabajando, trabajando y trabajando”, concluyó.

En representación del gobierno habló el ministro de Agricultura, Moisés Santiago Bertoni. Reivindicó el aporte de los pequeños sojeros dentro de la estructura del rubro y que aquellos 43 mil pequeños agricultores, con los precios actuales y confiados en un clima que acompañe la campaña, pueda arrojar un rendimiento en torno a 3 ton/ha, representarían más de USD 1.500 millones “que irán a parar a bolsillos de quienes confían en este trabajo”, indicó. Recordó que el “sojero” además produce maíz y puede incorporar mejora de suelo, favoreciendo su eventual ingreso a cadenas de valor. También recordó a Pedro Nicolás Ciancio, quien introdujo la soja hace 100 años y su legado. “Ni el pensamiento más positivo de este visionario creería que podíamos llegar a estar entre los líderes del cultivo de soja a nivel mundial”, expuso. Además rememoró que la oleaginosa fue declarada como rubro de Interés Nacional por el Gobierno, así como el hecho que el país también se posiciona como proveedor de genética de la oleaginosa a nivel regional, fruto de años de investigaciones. Además, se mostró expectante en que el clima acompañe hasta la cosecha final.


“Con esto demostramos que el Paraguay es un país serio donde se pueden realizar inversiones, se puede crecer, hay un gobierno que acompaña a quienes trabajan y así vamos a seguir creando patria, con quienes hacen, trabajan, es nuestra cultura con nuestra forma de vida, creyendo en Dios y en un futuro digno para nosotros y nuestros hijos”, concluyó. En tanto, el Ejecutivo instó a algunos sectores dejar de lado el discurso de odio hacia la producción y cuestionó modelos fracasados en la región. Tras el acto, se realizó la siembra simbólica de la soja.