Ing. Agr. M. Sc. Guillermo Andrés Enciso Maldonado (gui77eenciso@gmail.com)
Ing. Agr. M. Sc. José Arturo Schlickmann Tank (joseschlickmann2010@gmail.com)
Centro de Desarrollo e Innovación Tecnológica (CEDIT)
El mildiu es una enfermedad que se manifiesta en un gran número de cultivos y es causado por distintas especies, por ejemplo, el mildiu de las cucurbitáceas (pepino, zapallo, melón, sandía) por Pseudoperonospora cubensis, en lechuga por Bremia lactuca, en vid por Plasmopara viticola, y en soja por Peronospora manshurica. Los síntomas principales del mildiu de la soja son manchas foliares amarillentas y verde-claras en el haz, normalmente limitadas por las nervaduras; mientras que en el envés de la hoja se puede observar un crecimiento algodonoso denso y blanquecino (Figura 1), el cual se forma por esporangióforos y esporangios del patógeno (estructuras reproductivas) (Figura 2).
En el cultivo de soja en Paraguay, esta enfermedad no representa una gran amenaza, sin embargo, cuando las condiciones ambientales son favorables para el patógeno (12 horas de mojado en la lámina foliar y temperatura de 20 a 22 ºC) la intensidad de la enfermedad puede ser mayor. Los daños en el cultivo de soja no están determinados en Paraguay, mientras que en Brasil los daños pueden resultar en pérdidas de producción de 8 a 14 % en variedades susceptibles. Por otro lado, el mildiu puede transmitirse a través de las semillas, las cuales sirven como fuente de inoculo primario en el campo.
Es importante recordar que el mildiu no es causado por un hongo, por lo tanto, los fungicidas pueden no ser efectivos para su manejo. Las principales practicas recomendadas para su manejo son la utilización de semilla sana o realizar tratamiento de semillas, utilizar variedades resistentes. En cuanto al control químico, se recomienda utilizar fungicidas que contengan dentro de su formulación al metalaxil. El uso de estrobilurinas tiene un efecto relativo sobre el control del mildiu, sin embargo, fungicidas que contengan piraclostrobina o kresoxim-metil han resultado en buenos controles. También, los fungicidas protectores podrían ejercer un buen control (oxicloruro de cobre, mancozeb o clorotalonil).
Una alternativa interesante es la aplicación de inductores de resistencia como las distintas sales de fosfito. Estos inductores deben ser aplicados en las fases vegetativas o cuando los síntomas inician. Muchas veces los síntomas de esta enfermedad son confundidos con los síntomas de otras enfermedades ocasionadas por hongos verdaderos, donde una mala identificación puede traducirse en un manejo inadecuado.