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12/10/2022

Los caracoles y sus daños en los cultivos.

Los caracoles pueden llegar a ser plagas muy voraces que producen daños en todos los cultivos, atacando generalmente en las etapas iniciales del cultivo dónde consumen cotiledones y hojas, aunque el ataque puede darse hasta la fase final.

Pueden presentar altos picos poblacionales cuando se dan las condiciones predisponentes, esto implica que haya ambientes húmedos y frescos. Es por ello que la plaga suele aparecer luego de una lluvia o en áreas bajo riego. En períodos de elevadas temperaturas y baja humedad cesa toda actividad y permanecen en dormancia. Además, la abundancia de cobertura y la presencia de malezas hospederas hacen que tengan refugio y alimento.
La mayor actividad de esta plaga se da en las primeras horas de la noche y su peligrosidad queda claramente demostrada con sus características y hábitos alimentarios. Los caracoles (Bulimulus spp) son especies hermafroditas dónde todos los individuos se comportan como hembras y ponen gran cantidad de huevos llevando a un importante aumento poblacional en poco tiempo.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si no se realizan medidas para su control, se pueden tener pérdidas económicas importantes dada su voracidad, llegan a consumir más del 30 % de su peso en una noche. Además de ser vehículo de numerosos virus, bacterias y agentes patógenos. La longevidad de esta plaga (viven de 1 a 4 años) y su habilidad para refugiarse y protegerse de la disecación en momentos desfavorables, hace que sea difícil erradicarlos por completo del lote.
La clave para un buen control de estas plagas es realizar un manejo preventivo, esto implica el monitoreo temprano, unos 15 a 20 días antes de la siembra, para poder hacer las aplicaciones de cebos previo a la siembra y así lograr reducir los niveles poblacionales por debajo del umbral de daño. Para el control de caracoles se recomienda el uso del cebo Clartex + R en dosis de 3 a 7 Kg/ha según el nivel poblacional.