La siembra directa en Paraguay constituye una gran inversión en rendimiento, productividad y, sobre todo, en la sustentabilidad del suelo, de manera que todos los componentes a utilizar faciliten el surgimiento de nuevos cultivos con los nutrientes necesarios para adquirir un cultivo óptimo. Fue lo mencionado por el dueño de casa durante la visita a su finca. Schlindwein se mostró emocionado al recibir a la comitiva de locales y extranjeros, quienes llegaron hasta su campo para para escuchar y observar el trabajo que viene haciendo desde hace 32 años.
Por supuesto, en todo momento acompañó la familia del productor, con gran participación igualmente por parte de su hijo Douglas Juca Schlindwein, hoy ya todo un profesional ingeniero agrónomo, quien acompañó a su padre en la exposición sobre los resultaos y beneficios que la agricultura sustentable ofrece al medio ambiente y a los productores que la practican. En conversación con nuestro equipo, don Erni explicó sobre el manejo y los componentes del manejo conservacionista y las consideraciones a tener en cuenta sobre esta práctica.
Entre ellas, mencionó la cantidad de paja sobre el suelo que se deja al no remover la tierra o colocar la semilla sobre un simple surco. Un dato no menor lo constituye el factor climático. El clima afecta positiva o negativamente a la plantación durante su desarrollo y, siendo una variable no controlable por el hombre, es un factor que agricultor debe saber lidiar y comprender, enfatizó. Así también infirió en las parcelas y la cantidad de paja que se coloca en el suelo, ya que esto genera mayor humedad del suelo por más tiempo, lo que aumenta el crecimiento y desarrollo de la planta.
La cadena de cultivo. La siembra directa significa labranza cero y se busca evitar la alteración del suelo, como habitualmente las realizan algunas prácticas con ciertos cultivos. Además de la no remoción de la tierra, también significa sembrar sobre el rastrojo. Fue lo expuesto por el productor, quien igualmente mencionó al trigo como primer componente, luego la soja y el maíz. Una cantidad de plantas necesarias para aumentar la humedad en la tierra y así convertirse en abono para producir un conjunto de nutrientes en donde la raíz de la semilla pueda absorber.
En América Latina son 50 años de emplear esta práctica conservacionista. En su caso, el productor Erni Schlindwein viene aplicando este manejo sustentable desde hace 32 años y lo sigue haciendo en sus actuales 130 hectáreas donde no solo cultiva trigo, soja y maíz, sino también, avena y nabo. Finalmente, agradeció la oportunidad que organizaciones internacionales, como la brasileña, le brindó para demostrar su trabajo y esfuerzo que viene realizando desde hace mucho tiempo.