Paraguay se caracterizó por recibir importantes grupos de inmigrantes que vinieron a contribuir con su esfuerzo y dedicación, primero, luego por cariño y convicción, al desarrollo del país. Dentro de estas corrientes migratorias, el aporte de los japoneses sin dudas fue determinante, en especial para traer consigo el apego por la disciplina y la laboriosidad incluidas igualmente en las actividades del campo.
El primer grupo registró su llegada en 1936 y se instaló en la colonia La Comena (Paraguarí). A esta generación se los conoce como “Issei”, a la segunda “Nissei” y así sucesivamente, siendo agrupados todos los emigrantes y descendientes japoneses bajo el vocablo “Nikkei”. A lo largo de estas décadas, el aporte a la producción paraguaya fue significativa. Al inicio se concentraron en algodón, arroz y verduras.
Posteriormente tuvieron gran preponderancia para el cultivo de la soja, con técnicas y manejo. Los fuertes lazos de amistad de Japón y Paraguay igualmente permitieron desarrollar varios proyectos de investigación, que siguen hasta ahora, abarcando otras actividades como la lechería, por citar un sector. Paralelamente el avance del cooperativismo, en donde los “nikkei” también fueron protagonistas, derivó en lo que se veía venir.
Así como nuevas colonias, también surgieron las primeras cooperativas y fueron sumándose otras. Todo esto llevó a la constitución de la Nikkei Ltda. Actualmente son socias de la central La Paz, Pirapó, Yguazú. Amambay y Colmena Asuncena. A la par, como entidad de segundo piso está adherida a la Confederación de Cooperativas Rurales del Paraguay (Concopar), así como a la Asociación Kaigai Nikkeijin Kyokai.
En estos 42 años de vida institucional, la central integró a socios productores agrícolas, asistiéndolos en sus necesidades, a la par de generar y transferir tecnología. Un gran desafío que tomó fue la decisión de recibir con otras federaciones de cooperativas la administración del Centro Tecnológico Agropecuario del Paraguay (Cetapar), en Yguazú, anteriormente a cargo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).
Desde Cetapar igualmente se desarrollan grandes eventos para la transferencia tecnológica, además de continuar con investigaciones. La Central Cooperativa igualmente acompaña jornadas técnicas de sus asociadas, así como oportunidades de negocios, en donde las cooperativas asociadas tienen participación. El presidente del consejo de administración, Mamor José Kubo, agradeció el apoyo recibido.
Anticipó que como organización seguirán acompañando las tareas del campo, así como iniciativas en sus unidades tecnológicas y de negocios. “Además de los granos, la horticultura está fuertemente apoyada, sobre todo en zona de pequeños agricultores, en donde vamos a seguir trabajando”. Finalmente destacó el aporte de las cooperativas en la generación de riquezas, así como en el ahorro nacional y la difusión de principios y valores.
Como descendiente japonés, valoró la disciplina y laboriosidad heredaros, que se sumaron al apego por el campo. Invitó a la gente a participar igualmente de encuentros del movimiento, como la Cumbre Cooperativa de las Américas, que eligió por primera vez a nuestro país, en su sexta edición, a desarrollarse del 24 al 27 de octubre. “Es importante participar”, concluyó el dirigente cuya cooperativa de base es Yguazú.