“Es un desafío pendiente del sistema público de poder avanzar más en lo que es el ordenamiento productivo a través del conocimiento que crea el IPTA, en donde se hacen los ensayos de evaluación agronómica de adaptación de las variedades en diferentes ecorregiones para poder saber en qué zonas se adaptan mejor los cultivos y las variedades”, expresó en comunicación con la 780 AM.
Puso de ejemplo a la producción de cebollas y papas que son dos vegetales que día a día están en la mesa familiar. “Hacer una zonificación y calendarización de la siembra. Por ejemplo, hacia el Sur, que es una zona con mayor riesgo de heladas, se puede sembrar más temprano y que se pueda sembrar antes de julio o agosto, que son los meses con mayor riesgo de bajas temperaturas”, mencionó González.
Así también, manifestó que se podría planificar la siembra de variedades tempraneras o medianeras en Guairá o Caazapá, y al Norte las más tardías, todo esto con conocimiento e investigación. “Recién este año se pudo acceder a un crédito de US$ 20 millones de dólares del BID para fortalecer el sistema de investigación agrícola y que para un país con una base económica agropecuaria es poco”, dijo González.
Fuente: La Nación.