Rápidamente está terminando la primera mitad del 2020, un año en que muchos desean acelerar lo más que se pueda para su culminación plena. Un escenario global afectado por la pandemia, obviamente extiende sus tentáculos nefastos a varias actividades, incluyendo el sector productivo que, incluso, ante la adversidad, demostró que puede seguir andando, con limitaciones, pero sin parar del todo.
Sin embargo, es de reconocer igualmente que la actividad productiva no solo se ve impactada por la pandemia, sino que incluso viene arrastrando golpes anteriores o en paralelo a la coyuntura sanitaria global. En efecto, precios bajos, climas desfavorables y otros elementos también perjudicaron el normal desarrollo del agro en su conjunto. Por ello, es bueno tener en cuenta también estos aspectos en los análisis de los expertos.
Es de esperar que Paraguay tenga una caída en su economía, en cifras que volvieron a ajustarse hacia abajo. Las deflaciones se reiteran con el menor movimiento de la economía local toda y pareciera, todavía tiene su tiempo la recuperación plena. Con todo, es muy probable que, quizás como consuelo, la economía paraguaya sea una de las menos castigadas en toda la región.
En materia de agricultura, los mercados no reaccionan como se espera y hubo situaciones climáticas adversas al cierre del primer semestre, que abarca la culminación de la época de cultivos de verano y el inicio de los del invierno. A esto se suma el descontento del sector ganadero, quien viene reclamando la caída de los precios desde antes de la pandemia.
Se advierte la situación de concentración de industrias frigoríficas y un divorcio ampliado entre lo que se paga por la carne en las exportaciones y los valores que internamente reciben los productores pecuarios en el comercio interno. En agricultura, empiezan a surgir pedidos de flexibilización para refinanciar deudas y se aguardan los números finales.
Sin embargo, la fortaleza de la producción es tal, que aun en situaciones adversas, todavía tiene buena calificación en palabras de representantes del sector financiero. Es de esperar que esto se tenga en cuenta a la hora de buscar una salida para no cortar con el aparato productivo, actividad que con el panorama incierto o lo poco que pueda crecer, representa alivio a pérdidas mayores de toda la economía nacional.