El humus de lombriz es un fertilizante natural muy eficiente que contribuye a la sostenibilidad y recuperación del suelo. La Granja Natural ubicada en el municipio de Luque, viene desarrollando la lombricultura y el compostaje de residuos de diversos tipos de materia orgánica de origen animal y vegetal. La demanda es creciente por su efectividad en cultivos y jardines.
La producción de humus de lombriz arrancó hace cuatro años, manifestó el Ing. Agr. Danilo Schussmuller, administrador de la granja. En sus inicios el establecimiento se dedicaba a la horticultura y avicultura para la producción de huevos, posteriormente incorporó la lombricultura para diversificar su rubro de trabajo. La gran aceptación de este fertilizante natural impulsó al crecimiento rápido de este rubro, convirtiéndose en la actualidad en la principal actividad de la granja.

Comentó que la actividad fue prosperando paulatinamente. En principio la producción era vendida a familiares para después ir ascendiendo en forma masiva, gracias a las bondades y las ventajas sobre otros abonos orgánicos el rubro creció. y desde hace 3 años se dedican a la tarea de producción 6 personas, comercialización 3 personas y 1 administrador de forma permanente.
La lombriz con la que trabajan es la roja californiana (Eisenia foetida) por su extraordinaria capacidad reproductiva, su fácil adaptación al cautiverio, ya que no contrae ni transmite enfermedades y a que produce diariamente su propio peso en humus. “Son los mejores funcionarios de la granja” dijo.
Y su excremento contiene hasta 5 veces más de nutrientes que el material orgánico ingerido, alto contenido de materia orgánica disponible, ácidos húmicos, un amplio abanico de encimas y aminoácidos. Juntos promueven de forma efectiva el crecimiento de los cultivos e incrementan la productividad de los mismos.

La granja comercializa entre 30 a 50 toneladas mensuales. En meses buenos incrementan a 80 toneladas mensuales entre humus de lombriz y compost. “Hoy vemos un mercado creciente para seguir apostando al rubro” manifestó.
La granja aprovecha la materia prima, que por lo general para otros es un gran problema, o se encuentra en la categoría de contaminantes, como los contenidos ruminales, los cuales son desechados por los frigoríficos, las cenizas de calderas, el estiércol bovino, gallinaza y cascarilla de arroz.
Los materiales para seguir produciendo compost orgánico son ubicados en las 4 hectáreas que dispone, para la cual cuenta con todos los permisos necesarios para el trabajo. “Todo estos productos recibidos, más la producción de mantillo de monte que la granja cuenta, van para la producción del compost. Para este proceso de elaboración también utilizamos azúcar y melaza para la crianza de los microorganismos”, dijo.
El administrador de la granja señaló que para la producción cuentan con 16 piletas, donde brindan un lugar apropiado a las lombrices para la producción de humus, como correcta humedad, alimento previamente compostado, evitar luz, pH neutro, temperatura, etc.
La preparación previa de los alimentos para las lombrices lleva su proceso. El estiércol ruminal demanda 30 días con un volteo de 2 veces por semana. Al constatarse que está apta para el consumo, se pasa a la etapa para la producción de humus de lombriz. “Una vez que la lombriz consiguió comer tenemos nuestro humus terminado ya es un producto que pasa a nuestra zaranda,durante todo el proceso de forma manual sacamos las impurezas para dejar un producto fino agradable al tacto, sin olor ni residuos” señaló.
Terminado el producto se realiza el empaque de forma manual, en 5, 10, 25 y 50 kilogramos además en big bag de en un metro cúbico. Los empaques tienen todos los permisos Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas. (Senave) además rezan las recomendaciones y beneficios del humus de la lombriz, de tal manera a que el productor conozca más sobre el producto, el cual es comercializado de forma directa y a través de viveros para los jardines o productores hortícolas.

Compost
La producción de compost orgánico se incorporó hace 2 años. Esta actividad también dio buenos resultados y tuvo un acelerado crecimiento. Cuentan con 2 camas de 30 metros de largo por 2 metros de ancho, donde colocan mantillo de monte, cascarilla de arroz, contenido ruminal, estiércol bovino, carbonilla y se inoculan microorganismos benéficos que descomponen la materia prima. Se realiza un volteo manual semanal y está listo en 75 días aproximadamente cuando baja la temperatura y se neutraliza el pH. “Nosotros con el volteo manual retiramos impurezas y oxigenamos a los microorganismos que son aeróbicos” expreso.
Schussmuller indicó que un buen compost no debe general olores desagradables, por el contrario, tiene que ser agradable, suave al tacto, estar libre de insectos, patógenos, impurezas y semillas de malezas.