Presagió además que el próximo gran protagonista sería Paraguay, actor que justamente “salvó” a la industria aceitera con la importación de marzo para su abastecimiento, ya que de lo contrario el procesamiento de la oleaginosa en el país no se hubiese concretado.
“Se va al fracaso total, en el futuro desaparecerá la soja y la Argentina ya es un jubilado de la agricultura. Paraguay se va a convertir en la gran fábrica, detrás de Brasil, y por eso en pocos años el polo industrial del Gran Rosario no va a tener ningún sentido de existir”, expresó Idígoras, según publicó clarin.com.
Régimen de importación
Para la industria oleaginosa argentina, la escasez de soja es un contexto irreversible, explicado por las distorsiones en los últimos años, además de la competencia global que naciones vecinas y los Estados Unidos representarán para este país.
Las publicaciones de medios argentinos señalan a la vez que gracias a la compra de soja paraguaya, a través del régimen de importación temporaria, la industria aceitera de este país logró mantener volúmenes razonables de molienda, evitando de esta forma el cierre de plantas por la falta de oferta de soja disponible en dicho mercado.
Se recalca además que sin el volumen importado el índice utilización de capacidad instalada hubiera sido del 20 % y la capacidad ociosa del 80 %. En tanto que las previsiones para Paraguay serían de buenas nuevas, pues en la reciente proyección del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para la zafra 2024/25 de soja podría alcanzar una cosecha de 10,7 millones de toneladas, superior al rendimiento de la campaña 2023/24.
Fuente: La Nación Py