Los nematodos existen en la naturaleza en diferentes hábitat, desde los grandes mares, en los polos, en animales, plantas y hasta en los hombres. Del total presente en la naturaleza solo el 10% son nematodos fitoparásitos.
Los géneros de nematodos fitoparásitos no son amplios, entre los cuales podemos destacar Pratylenchus, Meloidogyne, Helicotylenchus, Scutellonema, Heterodera, Tylenchorhynchus y Rotylenchulus, que podrían considerarse junto a Tuixaba, los más importantes para la producción agrícola.
Estos géneros cada año pueden aumentar su población gracias al abundante hospedero que tienen y cada vez disminuye el tiempo que pasa en el campo sin hospedero.
La agricultura actual es muy dinámica y la sucesión de cultivos comerciales ya no deja espacio suficiente para que los nematodos dejen de alimentarse y de multiplicarse.
Según el último reporte de monitoreo (Centurion.F.,2016) de más de 1.600 muestras, el 10% presentó una población media a alta en el cultivo de soja, en la que no se incluye el cultivo sucesivo que es el maíz. Entonces, podemos afirmar que de estos 10% de presencia en niveles que sobrepasa el umbral de daño, el rendimiento de la soja en estos lugares podría disminuir entre 8 a 10%, sin tener en cuenta otros factores.
Es importante que el productor reconozca el potencial destructivo de los nematodos, especialmente en áreas con histórico de presencia de nematodos, eso no deja de lado que los monitoreos de suelo en áreas sin síntomas estén exentos.
El monitoreo, a través del análisis de suelos, debe estar contemplado en la planificación del productor, porque es la única manera de reconocer más temprana la presencia de nematodos fitoparásitos y de esa manera lograr el manejo más efectivo.
Cuando se reconoce por los síntomas que presentan en los cultivos, ya es un indicativo de alta población y el manejo del mismo ya implica mayor desafío, además mayor gasto para el productor.
El monitoreo se puede realizar en dos épocas, una antes de la siembra para conocer con que población inicial comenzara el cultivo a implantar y así tener las herramientas de manejo, ya sea biológico o químico para disminuir su entrada temprano en la raíz de la planta.
Otra en la etapa vegetativa, para detectar la tasa de multiplicación por la raíz y la población presente en el suelo. Esta etapa es muy importante para tener idea de un factor de multiplicación del cultivo y de cómo manejar la parcela en poscosecha, ya sea con cultivos no hospederos, rotación de cultivos con materiales de baja tasa de multiplicación y tratamientos con productos químicos o biológicos que ayuden a mantener en niveles bajos la población de nematodos fitoparásitos.
También es muy importante que se identifiquen los principales géneros presentes en la muestra de suelo que a través de ella se puede facilitar el manejo, ya que no todos los géneros se combate con la misma herramienta y ni todas las especies se puede tratar en la misma forma.