Notas

25/10/2019

Espacio de estreno para el abordaje y la actualización de la agrotecnología

Los días 4 y 5 de octubre se realizó el primer Congreso Internacional de Agronegocios, por iniciativa de la Universidad San Carlos (USC), en conjunto con la Universidad de la Empresa (UDE) de Uruguay. Se establecieron cuatro ejes sobre los cuales se abordaron los temas, con disertantes locales e internacionales, más la habilitación de un sector de exposiciones para las empresas auspiciantes en la sede central de USC, en Asunción.

Aprovechando el fin de semana, fresco con la lluvia ausente desde hacía varias semanas a nivel nacional, varios salones de la USC fueron destinados a albergar a los participantes quienes se dieron cita a la doble jornada de transferencia tecnológica, pero que igualmente sirvió para intercambiar experiencias y establecer vínculos de posibles nuevos proyectos. El congreso convocó a profesionales del sector, con más de 30 disertantes de Paraguay, Uruguay, Argentina y España. Como metodología, se establecieron cuatro ejes temáticos, como una forma de acercar, mediante las charlas, varios conceptos que se manejan al interior del ámbito productivo.

Horacio López Nicora, vicedirector de Investigación de la casa de estudios anfitriona y coordinador del evento, resaltó que se trató de la primera edición como congreso internacional de agronegocios que organizó la USC en conjunto con la UDE. Detalló sobre los cuatro ejes temáticos: Política, planificación, gestión y dirección en agronegocios; Mercados emergentes en el Mercosur y el Mundo; Agronegocios, ambiente, bioenergía y cambios climáticos; e Innovaciones tecnológicas en los agronegocios. Resaltó que participaron entre 150 y 200 personas, audiencia que incluyó a estudiantes e investigadores, incorporándose profesionales de varios sectores.

“Fue importante la participación de estos sectores porque creemos que el agro, en el país, es una red de todas las personas trabajando de manera conjunta y al activar la colaboración, podemos sacar adelante al país. Es interesante hacer este tipo de encuentros y no parar por el momento de crisis. Son en estos momentos que debemos tratar de colaborar, de enseñar, de aprender, para poder salir adelante. Es un momento de reflexión y son iniciativas como los congresos los que contribuyen a ello”, puntualizó el entrevistado. Ya con respecto a la apertura de la doble jornada de capacitaciones, al acto contó con las principales autoridades de ambas universidades así como de los invitados.

Tras las palabras de bienvenida, que estuvo a cargo del rector de la USC, MSc. Ronaldo Dietze y el director de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UDE, MSc. Claudio Williman, este último intervino con un mensaje. Recordó a Ray A. Goldberg, académico de la Universidad de Harvard (EEUU), como uno de los pioneros en desarrollar el término “agronegocios”, como concepto. “Fue el primero en hablar del sistema de los agronegocios, en 1954. Conceptualizó como cadenas que empiezan con los proveedores de insumos y terminan con el consumidor final, dejando un poco de lado el concepto del sector agropecuario como eslabón aislado, sino como integrado a una cadena y esa es una cadena de valor que nosotros tenemos que trabajar”, refirió.

Añadió que existe una cadena de valor “dentro de la empresa agropecuaria, dentro de la industria, donde se genera un valor agregado. Cuando se toman insumos y se trasforman en productos. Pero también se genera valor desde los proveedores de insumos hasta que se llega al consumidor final. Y es en ese tema que se tiene que trabajar mucho, porque la economía de nuestros países se concentra en eso. En el Uruguay durante muchos años el aporte del sector agropecuario en el PIB era del 7%, minimizando el aporte del sector agropecuario. Hoy se maneja el concepto de los agronegocios y, tomando toda la cadena en el Uruguay, el aporte del sector de los agronegocios es más del 30% del PIB”, manifestó.

Agregó que con este nuevo concepto y sumando el impacto global, en Uruguay, el 65% de las exportaciones son de origen agropecuario. “En el caso del Paraguay se da una situación similar. Más allá, de que el Paraguay contribuye al PIB con la venta de energía eléctrica, se suma un gran aporte, pues después de esto, está todo lo que es la producción de carne, azúcar, soja, etc., que hace que el sector de los agronegocios sea muy importante para la economía de este país. Por eso nos congratula este convenio y los intercambios que tenemos con la USC. Por eso, para nosotros es muy importante trabajar juntos”, subrayó el académico uruguayo. Posteriormente se iniciaron las disertaciones, de manera simultánea en las diferentes salas.

Ya en la segunda jornada, tras las charlas sectoriales, fueron convocados los participantes para el panel de cierre. En la plenaria se compartieron algunas reflexiones finales sobre los ejes abordados. Participaron el rector de la USC, Ronaldo Dietze, quien habló sobre Agronegocios, ambiente, bioenergía y cambio climático; el propio Williman comentó sobre las Políticas, planificación, gestión y dirección de los agronegocios; el igualmente catedrático uruguayo Javier Pena Venturiello, habló sobre Innovación y tecnología en los agronegocios; y Diego Velilla, joven empresario y otro de los disertantes en el congreso, opinó sobre Mercados emergentes en el Mercosur y en el mundo.

“Si bien no es la primera vez que estoy en el país, este evento me permitió ver el potencial productivo y el potencial de los agronegocios en Paraguay. Este día y medio me sirvió para ver más en profundidad, para tener un panorama interesante y ver el potencial que tiene. Paraguay cuenta con recursos naturales que son importantísimos para los agronegocios y para la producción. Es la base. Pero hay que cuidarlos y saber explotarlos en forma sustentable, con eso solo no alcanza. Pero otro recurso importante es el humano. En veinte años, he visto una evolución en la capacitación de esos recursos. Una población que es el doble de habitantes de Uruguay y eso permite tener más mano de obra”, manifestó Williman.

Invitó igualmente a no dejar de capacitar, pero indicó que existen otros aspectos a mejorar. “El tema fundamental es la capacitación. La formación de líderes. Con esto, una parte del camino se recorrió. Pero hay otra: la infraestructura. En ese tema, si bien está haciendo un esfuerzo, se debe insistir con un mensaje a políticos y gobierno para generar toda la infraestructura para llegar a producir en todo el territorio y sacar ese producto por carreteras, puentes, ferrocarriles, aeropuertos. Todo es fundamental para el desarrollo e incorporar la última tecnología. Por último, el tema de los mercados es clave. Si bien 7 millones de habitantes, como demanda es pequeño, el potencial da para producir más”, dijo.

Invitó a trabajar para abrir destinos. “Es fundamental producir para exportar, llegar a todos los mercados. Los cambios en los gobiernos hacia el proteccionismo, cierran puertas. Paraguay y Uruguay son países pequeños, cuya producción supera largamente sus demandas, necesitan abrir nuevos mercados. Hay que revisar el Mercosur, buscar la manera de concertar acuerdos de libre comercio con otros países, bajar aranceles para lograr ofrecer mercaderías a todo el mundo. Diversificar los consumidores del exterior para colocar la producción a precios razonables y sin ningún tipo de trabas”, comentó y recordó el caso uruguayo y de cómo se benefició al diversificar sus destinos.

“Miraba los precios del teneros en Paraguay a 1,5 dólar, cuando en Uruguay está en 2,5 dólares un kg de ternero en pie. Ese 60% – 70% más tiene su explicación por un lado en el grado de diversificación que logró Uruguay al entrar a EEUU, Japón, UE, a países asiáticos, pero, por el otro, fundamentalmente a China. Hay que hacer lobby, presionar al Gobierno para que busque la manera que los frigoríficos puedan ser habilitados para el mercado chino. Se ha transformado en una potencia que si bien no está creciendo hoy a tasas de años anteriores, sigue siendo una aspiradora de mercaderías”, subrayó y resaltó que es una oportunidad muy importante para Paraguay que no debería desaprovechar.

A su turno, Velilla, comentó las oportunidades que como país se tiene. “Como paraguayos solemos decir que podemos quedar afuera de las negociaciones, cuando tenemos la capacidad para salir adelante. Dentro de todos los problemas que se puedan comentar, los veo como oportunidad. Tenemos demasiadas cosas para hacer, tenemos capacidad como paraguayos. Lo que pueda pasar en el Mercosur, debería de servir a Paraguay para generar un marco legal para operar en el exterior. Poder generar acuerdos bilaterales. Todos los países del Mercosur lo hacen y nos quedamos atrás”, sostuvo, aunque advirtió que tampoco se puede descuidar el bloque regional, porque se podría perder fuerzas y quedar aislado.

“Debemos evitar quedar solo como proveedor de productos básicos. Debemos apuntar a ser país productor de alimentos no de materia prima. La industrialización es importante, vamos a tener el menor costo en alimentos con base de soja al tener la producción. Aprovechemos lo que tenemos. Saquemos al mundo productos que piden en vez de sacar granos para que otros aprovechen. La conectividad logística de Paraguay para el mundo, el escenario está dado. Nosotros como paraguayos pongámonos fuertes con el Gobierno. Terminar obras, habilitar canales. Tenemos que estar conectados de la manera más simple con los vecinos”, puntualizó y lamentó las oportunidades de negocio o las pérdidas que se generan por este déficit.

En tanto, Peña recordó de la importancia de los agronegocios en la economía incluso mundial. “El 4% de la mano de obra directa y el 35% de mano de obra indirecta a nivel mundial provienen del sector. Es un generador de mano de obra, de la actividad, mientras, la agricultura sola es del 3% del PIB. Vemos que representa el 4% de la población agrícola activa en EEUU; el 10%, en Brasil o el 5,5% en Uruguay. El agronegocios encadenado es gran generador de empleos de trabajo, de riqueza. Tecnológicamente nos encontramos en una bisagra. Tenemos mucha tecnología a nuestra disposición”, acotó. Instó igualmente a optimizar mejor las tecnologías.

“Tenemos mucha tecnología pero ¿vamos a dar el salto tecnológico? Esto va enclavado a la capacidad de la universidad de dar educación, generar investigación, conocimiento, de afianzar conocimiento y desarrollar tecnología. Somos de la generación fungible. Aprendimos muchísimas cosas que no usamos. Mi tesis fue hecha con una máquina mecanográfica. Luego, hubo trabajos con sistemas operativos hoy totalmente desfasados y en desuso. Por eso considero que hay dos tipos de educaciones: la fungible y la no fungible. Esta nos va a durar para toda la vida”, puntualizó y rechazó la idea que el sector agropecuario haya “sacado empleos”, con la llegada de la mecanización.

“El sector no sacó empleos. Lo que antes era mecanización y hoy podemos decir robotización fue la reacción del campo a la falta de mano de obra. El trabajador rural fue a la ciudad para trabajar en construcción, en industrias. Estos sectores se los llevó y el campo buscó la forma de sustituir el problema de falta de mano de obra. Capaz la robotización si pueda tener efectos en otras actividades como la industrial y el comercio”, dijo e indicó que se van sumando desafíos no problemas con que lidiar a la producción, en donde la academia puede cumplir un rol estratégico. “Con las universidades debemos frenar ataques de grupos de influencer que nos dicen que contaminamos o que producimos mal”, advirtió.

Por último, el rector de la USC, Ronald Dietze, compartió igualmente algunos comentarios sobre el eje a su cargo en la plenaria. “Toda la cuestión climática, ambiental, no se debe tomar como enemigo de los agronegocios. Todo lo contrario, tenemos que seguir haciendo el esfuerzo, todos, para sacar el mayor provecho positivo del agronegocios, en términos globales, también económicos, sociales. Hacer las cosas bien es una responsabilidad nuestra y lo vamos a hacer. En Paraguay hay mucho potencial, está la actividad turística que también se puede mencionar o incluso la matriz eléctrica nacional tiene en los agronegocios un peso fuerte con la biomasa y otras oportunidades con el gas metano”, sostuvo.

Finalmente, agradeció al equipo que estuvo en la planificación y organización de todo el evento. También a las firmas auspiciantes por el apoyo y a los disertantes por haber destinado parte de su tiempo para compartir sus experiencias y conocimientos. “Como sector tenemos más cuestiones positivas que negativas, pero mucha gente se concentra en mirar solo lo malo. Es más fácil, como bajar la escalera a subir, como destruir a construir, pero vamos a seguir adelante. Estos dos días no fueron de pérdida ni gasto, sino de una inmensa inversión y fue todo un éxito. Así lo considero y valoró. Los mejores congresos son aquellos que no terminan al cerrarse, sino los que nos dejan pensando”, concluyó.

Los cambios en el agronegocio

El rector de la Universidad San Carlos, MSc. Ronaldo Dietze, abrió las conferencias con la disertación sobre “Los cambios en el agronegocio”. Enfatizó que este sector no está ajeno a los cambios los cuales no hay que temer, sino prepararse para enfrentarlos.

Mencionó que no hay que perder de vista el mundo global, ya que si no se observa desde el contexto holístico se va a tener siempre dificultades. “El agronegocio hay que entenderlo como un todo, está interrelacionado de forma global, debemos considerarlo bajo una macrovisión y con la mirada prospectiva hacia donde nos vamos a dirigir”, resaltó.

Dijo que actualmente no basta con ver a la agricultura como una producción primaria en la chacra y en las estancias. Se lo debe analizar en el contexto global, desde la puesta de la semilla hasta llegar a la mesa del consumidor, sin importar cuán lejos sea. “Tenemos que tratar de hacer las cosas conscientes que para ellos lo estamos haciendo”, dijo.

Resaltó que actualmente el consumidor final se interesa cada vez más en la agricultura, porque quiere saber más sobre lo lo que come, cómo se produce, cómo se encararon los trabajos, por lo que la trazabilidad es fundamental.

Asimismo el mundo cambia su hábito alimentario. La gente consume menos harinas, azúcares y carne roja. Con estos se abren a otros mercados que se pueden aprovechar, como el de las hortalizas, sin que esto signifique que no habrá mercado en los rubros más tradicionales.

“El consumidor pide menos químicos, menos transgénicos, se torna más vegetariano, mas orgánicos y más natural. Por más que los transgénicos no hayan demostrado ningún efecto negativo en la salud, el consumidor no quiere y si no lo quiere no lo va a comprar. En Europa cada año va a ir disminuyendo la posibilidad de comprar transgénicos. Eso no significa que vamos a cambiar de rubro ni mucho menos, significa que se nos abren otras puertas”.

Por otro lado, los recursos naturales cada vez más van subiendo de valor, lo cual quiere decir que hay que trabajar más intensivamente. “Tenemos que ir buscando rubros más intensivos, producir frutas, hortalizas, además de los tradicionales. Estos se van a desplazar más hacia donde haya mayor densidad de población. Hay cambios que considerar, tener en cuenta y debemos tratar de adecuarnos a esa realidad”, resaltó.

Ante esta realidad hay que observar cómo se comportan los mercados, adecuarnos al consumidor y a las nuevas normas. “El tema ambiental es cada vez más importante y la producción tiene que ir de la mano de eso. No podemos quemar más, tenemos que reintroducir materia orgánica en suelo, diversificar más la producción, asociar la producción, realizar prácticas agrosilvopastoriles, y no monocultivos”, dijo.

En otro momento enfatizó que el agronegocio está perdiendo importancia participativa en términos relativos dentro del complejo de la cadena de la renovación. Sin embargo el actor central siempre va a ser el agricultor. “Nos estamos volviendo más urbanos, incluso en nuestros pensamientos, lo cual es absolutamente difícil, ya que sin agricultura, ganadería y forestal no hay absolutamente nada”.

Destacó además que no hay dudas de que sin tecnología no vamos a avanzar y que es necesario contemplar la importancia del sector primario integrado a otros sectores, como la industria y la construcción.

Asimismo, hay que considerar las debilidades de la Organización Mundial de Comercio (OMC), como los subsidios afectan seriamente a los agronegocios. Tampoco se puede perder de vista la acentuada guerra comercial entre los países y los acontecimientos como la aparición de la peste porcina que repercute en los precios de los commodities.

Dijo además que a nivel local es necesario hacer reformas institucionales, ya que siendo el agronegocio el centro de la economía, el país no cuenta con un ministerio de agronegocios.

Otros datos a tener en cuenta es el crecimiento de la población mundial que para el 2050 se proyecta a 10.000 millones de habitantes, que es una nota positiva para el agronegocio y que el Mercosur es la región que tiene uno de los mayores potenciales de producción de alimentos para el mundo.

Efectos del conflicto comercial en América Latina

Una de las charlas magistrales que dio apertura al I Congreso Internacional de Agronegocios fue la del MSc. Santiago Peña, quien habló del contexto internacional y de los efectos del conflicto comercial entre China y Estados Unidos en América Latina.

Mencionó que este conflicto comercial entre las dos economías más grandes del mundo está teniendo un impacto a nivel mundial y regional. Mencionó que Paraguay tiene que hacerse fuerte y ver esta situación de crisis como una gran oportunidad para salir fortalecido. “Nuestro país es una economía que tiene un enorme potencial, pero debemos trabajar todos juntos para resolver el problema, porque las soluciones no vienen de afuera, sino de adentro”, dijo.

Entre los efectos de la guerra comercial para América Latina, considerando un estudio desarrollado por Citibank, mencionó en primer lugar el menor crecimiento económico en la región.

Comentó que hay señales de que la economía norteamericana también puede entrar en recesión, ya que en los últimos 40 años, cada vez que la tasa de interés de la reserva federal de corto plazo fue más alta de la de largo plazo, la economía americana entró en recesión. “Esto porque hay una expectativa de que haya una recesión económica en el corto plazo”, dijo.

El segundo efecto se observa en los precios de los commodities, ya que esta guerra comercial produce mucha volatilidad en los precios de los mismos y los empuja hacia la baja.

El tercer efecto sería relativo a la situación de vulnerabilidad que tiene cada uno de los países en sus economías. Hay países más fortalecidos como Chile y menos fortalecidos como Venezuela.

El cuarto elemento es la diversificación de los mercados. Dijo que los países que tienen pocos mercados van a ser afectados en mayor proporción por esta guerra comercial y los que tengan mayor apertura de mercado, van a ser menos afectados.

“Es fundamental que nosotros en Paraguay entendamos la importancia de tener una economía en crecimiento, que tenga motores de crecimiento interno, una economía que cada vez sea menos dependiente del precio de los commodities. Tenemos que tener solidas bases económicas para que esos impactos a nivel internacional nos afecten menos y seguir trabajando en la diversificación de los mercados”, expresó.

Mencionó además que Paraguay debe mirar de donde viene, donde está y hacia donde quiere ir. “Nuestro país debe enfocarse en una tarea de puertas para adentro. Trabajar y fortalecer las instituciones, al igual que los mecanismos de producción y no olvidar que Paraguay es un país eminentemente agropecuario”.

Resaltó que este es un año difícil en el campo y se siente en toda la economía. No hay ningún sector que diga que tiene una situación de bonanza económica. “Si Dios quiere y el clima ayuda el próximo año va a ser un buen año agrícola y volverá la recurrencia de querer aplicar impuesto al campo. Creo que es importante fortalecer la competitividad y agruparse cada vez más”.

Dijo además que el sector público tiene incentivos a corto plazo, pero tenemos que cerrar los ojos e imaginar el Paraguay que queremos ver de aquí a 20, 30 y 50 años.

“Yo veo al Paraguay que es un gran productor de granos, altamente eficiente y que está avanzando de manera decidida a un proceso de la agroindustrialización, dándole cada vez mayor valor agregado a esta tremenda riqueza, que es la producción agropecuaria del Paraguay”, dijo.