¿Cómo influyen las épocas de siembra sobre la productividad (rendimiento – kg ha-1) de los cultivos agrícolas? El entendimiento de las exigencias climáticas de los cultivos, las relaciones hídricas en el sistema suelo-planta-atmósfera y la aplicación práctica de estos conocimientos, podrán indicar soluciones para la reducción de los riesgos de fracaso del cultivo, teniendo en cuenta la variabilidad interanual y regional de la productividad (Farias et al., 2009; Sentelhas y Battisti, 2016).
De todos los factores inherentes a la producción agrícola, el clima es el de más difícil control, ejerciendo mayor acción limitante a las máximas productividades. Esto, se agrava debido a la dificultad de previsión de ocurrencias climáticas adversas, principales factores de riesgo de fracaso en la exploración de los principales cultivos.
El desarrollo de la planta y el rendimiento de la misma, son resultado de la influencia mutua entre el potencial genético y el ambiente. El potencial máximo de rendimiento, presente en todos los cultivares, es determinado genéticamente. El clima, tiene gran influencia en la expresión del potencial genético en condiciones de campo, entretanto, a través de las prácticas de manejo como corrección del suelo, puede disminuir esa influencia sobre la producción, principalmente sobre el estrés hídrico (Storch, 2017).
Zoneamiento Agrícola de Riesgo Climático
Las pérdidas de productividad de los cultivos agrícolas, relacionadas a las condiciones climáticas adversas, al manejo inadecuado de los sistemas de producción y a la gran variabilidad en los precios de los productos obtenidos, han sido algunos de los principales motivos para que el agricultor deje de producir. A lo largo del tiempo, fueron desarrolladas innumerables herramientas que favorecen al incremento de la producción agrícola, una de ellas, el Zoneamiento Agrícola de Riesgo Climático, la cual, tiene por objetivo el de aumentar los parámetros productivos de los cultivos, disminuyendo los riesgos relacionados a los fenómenos climáticos adversos, permitiendo la recomendación de un rango óptimo de épocas de siembra, llevando en consideración variables meteorológicas históricas, características de los suelos, genotipos y lugar de cultivo.
El Zoneamiento Agrícola de Riesgo Climático permite definir regiones de aptitud climática y épocas más favorables de siembra, buscando la disminución de los efectos causados por la incorrecta distribución de lluvias, a partir del conocimiento de las variabilidades climáticas locales y de su espacialización regional por medio de un Sistema de Información Geográficos (SIG) (Azevedo, 2000).
Tipos y niveles de Productividad
Existen algunos indicadores de eficiencia para una producción agrícola deseable que son determinados por el tipo y nivel de productividad, siendo estas normalmente influenciadas por condiciones principalmente climáticas (radiación, precipitación, temperatura, fotoperiodo, CO2), además de las características del cultivo (genotipo), suelo (fertilidad) y otros factores de manejo agrícola (fertilización, riego, control de plagas, etc.).
Se entiende por productividad potencial (PP), aquella obtenida por un cultivar altamente productivo y bien adaptado al ambiente de crecimiento, sin condiciones limitantes impuestas por la falta de agua y nutrientes, así como también la ocurrencia de plagas y enfermedades (Doorenbos y Kassam, 1979).
La productividad máxima (PA) es aquella que a partir de la penalización de productividad potencial (PP) por el déficit hídrico que ocurre en cada fase de desarrollo de la planta, en función de las características del cultivo y las variables del ambiente, como radiación solar, temperatura y fotoperiodo. Corresponde al mejor rendimiento obtenido con el uso de la mejor tecnología disponible, limitada solo por la disponibilidad hídrica. Son productividades alcanzadas experimentalmente o por los productores que tienen un mejor desempeño productivo, en una región dada (Cunha et al., 2011).
La productividad real (PR) es obtenida en condiciones de campo, considera los efectos de las condiciones meteorológicas, nivel de manejo del cultivo, fertilidad de suelo, problemas fitosanitários, entre otros, y es normalmente menor que la productividad máxima (PA) (Pereira et al., 2002).
Eficiencias Climática y Agrícola
La eficiencia climática (EC), obtenida por la relación entre las productividades máxima (PA) y la potencial (PP), demuestra, en términos cuantitativos, la reducción productiva ocasionada por el déficit hídrico. Por otra parte, la eficiencia agrícola (EA) es utilizada como indicador del nivel de desarrollo agrícola regional, siendo la relación entre la energía efectivamente utilizada, y la que fue suministrada al sistema, considerando el concepto de EA como la razón entre la productividad observada a campo y la máxima (PA) (Battisti et al., 2013).
La quiebra de productividad (yield gap), es definida como la diferencia entre diferentes tipos de productividad para una condición específica de cultivo, que tiene la función de identificar las posibles causas de reducción de productividad. Así, dependiendo del tipo de productividad considerado, se puede definir las principales causas de quiebra de productividad. Cuando la quiebra es obtenida por la diferencia entre PP y PRm, se denomina quiebra total, la cual se presenta bajo influencia de los factores limitantes y reductores (Sentelhas et al., 2016).
Tesis de Maestría
Fue realizada una simulación utilizando el modelo de estimativa de productividadde la Zona Agroecológica – FAO para determinar las probabilidades de obtener productividades potenciales y máximas del cultivo de soja para diferentes locales (9 municipios), tipos de suelo (5), ciclos del cultivo (3) y épocas de siembra (21), considerando un histórico de datos meteorológicos (temperaturas máxima, mínima y media, insolación y precipitación de 56 años) del estado de Paraná, Brasil, teniendo una interacción entre esas variables, presentando más de 158.760 resultados.
Aunque hayan sido analizadas algunas épocas de siembra, desconsiderando el período de pausa fitosanitaria para el cultivo de soja en el estado de Paraná, comprendido entre el 10 de junio y 10 de setiembre, el objetivo de este estudio se basó en demostrar que, además de reducir el inóculo del hongo Phakopsora pachyrhizicausante de la roya de la soja, el potencial productivo de este cultivo es también reducido por otros factores, especialmente los climáticos, influyendo directamente en el crecimiento y desarrollo de la plantas a través de la variación en el época de siembra.
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos mediante esta interacción, existe una tendencia positiva al aumento de productividad del cultivo de soja al aproximarse a la época óptima de siembra, verificado en la Figura 2.
Como se observa en la figura, se considera a las variedades tardías como las de mayor potencial productivo en relación a los cultivares medios y precoces. Esta tendencia se observa para todos los locales en estudio y tipos de suelo, teniendo en cuenta que, utilizando variedades de ciclo más largo, hay posibilidad de anticipar las épocas de siembra hasta el ideal para cada una de ellas, sin embargo, para los cultivares precoces se necesita de atrasar unos días con el objetivo de que las condiciones climáticas en ese periodo, sean las más favorables para exhibir todo el potencial genético productivo de la planta.
Realizando una mejor planificación y gestión integral de la producción agrícola, pueden obtenerse resultados alentadores a corto/mediano plazo, siendo que en los últimos años, la economía nacional ha recibido duros golpes debido a diversos factores, uno de ellos causado por la disminución en la producción total de granos, sumándose a los bajos precios internacionales. Utilizando todas las herramientas técnicas disponibles al alcance del productor,a fin de buscar el aumento de la productividad agrícola, se logrará una producción agropecuaria sostenible, aprovechando de manera sustentable los recursos naturales que nuestro país nos ofrece.